El niño que miraba
Cerca de una gran casona abandonada había una pequeña casa. En la que vivía Lucas, un niño de 10 años, su hermanita de 8 y sus papás.
Desde un tiempo en adelante, todos los días luego de desayunar el niño salía de su casa y se paraba frente a la grán pared lateral de la casa abandonada y se quedaba observándola algunos minutos.
Aquello fue costumbre, el niño fue creciendo, y siempre hacía lo mismo.
Y Un día la casa fue demolida.
El niño creció, se volvió hombre y formó su propia familia. Tuvo un hijo al que llamó José.
Vivían cerca de un lago. Todos los días luego de desayunar José salía de la casa a observar el lago por unos minutos.
Siempre lo hacía.
Y Un día el lago se secó.
Andrés, el abuelo de José, en su lecho de muerte contó a su hijo Lucas, que cuando estaba pequeño solía ir a observar un gran árbol que había en un bosque cercano a su casa.
No le dijo por qué lo hacía, pero le dijo que un día el árbol fue talado.
Pasaron 100 años de generación en generación en los cuales cada niño tenía el extraño poder (o maldición) de perder lo que admiraba.
Hasta que un día. Uno de esos niños tuvo la costumbre de salir a mirar al cielo.
Fin
Bonita historia, sin duda. Se puede interpretar de muchas maneras.
ResponderBorrarUn saludo
Gracias Nacho! Sigo tus blogs desde hace tiempo. Me encantan, muy interesantes tus posts. Un abrazo
ResponderBorrarBonita historia, pinta los sueños dentro de otros sueños y al final pinta esperanzas, Me gustó mucho.
ResponderBorrarUn Abrazo.
Uff que buena historia, definitivamente te ayuda a ver las cosas de otra manera
ResponderBorrarque linda historia... ;)
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